lunes, 30 de agosto de 2010

Me voy cantando, me voy gritando


El corazón me galopa a un ritmo fuera de lo común. Temo de veras que se me salga del pecho, siento que ya no cabe. Las cuerdas vocales tiemblan de terror. Las palabras se aferran a mi y parece que no quieren salir, y cuando por fín lo hacen suenan mucho más bajas, mucho más débiles que en mi mente. Pero salen finalmente, y lo digo todo. Menos que te quiero muchísimo, soy incapaz. Me da miedo que no puedas digerirlo. Me da auténtico pánico que no sepas olvidarte de mí. Me aterra verte llorar. Por suerte o por desgracia no lo haces. Quizás lo que me da miedo sea que no me quieras lo suficiente.
Admiración. Fuerza. Lucha. Valor. Grandeza. No hay calificativos suficientes. De pronto el diccionario se me queda demasiado pequeño, mi respiración se acelera, las lágrimas empañan mis ojos y ya no puedo seguir más.
Un abrazo de verdad, con sentimiento. El momento.Infinito y demasiado breve.Hazte mayor. Sé feliz. Cuidate mucho. Cuidala. Estudia. Portate bien. Sé bueno.
Y más recuerdos. Mi niña, donde quedó.
Joder, es que te quiero. Qué cambio. Vaya diferencia. Pero se ha acabado. El espejo trasero está empañado y ya no sirve de nada mirar atrás. Punto álgido de la impotencia.Ojalá mi corasón fuese de piedra.