viernes, 30 de diciembre de 2011

Away we go

Zeozer izatekotan, urte zoro bat izan da. 
Luzea eta oso motza, berria, zoragarria, arraroa, gorabeheratsua, alaia. 
Atzerritarra, etxekoa. Bidaiatzen emandakoa. Bai mapan, bai buruan zein barnean.
Aurrera jotzen jarraitzen dugu. Gorago: gogor, gogoz.


Barneko energiek gidatzen jarrai nazaten baino ez diot eskatzen urte berriari.
Zorionak, baditu gure motxilak esperientziaz beteriko 365 egun gehiago oroimenerako.

sábado, 12 de noviembre de 2011

Corazón y Airbag


La RAE define la palabra "bonito" como "Lindo, agraciado de cierta proporción y belleza."
Pero yo vi la esencia. Sentí y conocí LO bonito y, desde luego, va mucho más allá que lo que esa triste definición intenta transmitir. Es dificil de explicar, no se puede de hecho. Es algo que se siente. La energia dentro de mi.
Y luego están las personas que conocen el secreto. Las personas que tienen la esencia, las personas que SON la esencia. Hay muy pocas. Es maravilloso saber. O creer que se sabe algo.


BIZITZAKO GAUZARIK ONENAK HITZEZ AZALDU EZIN DIRENAK DIRA.




miércoles, 2 de noviembre de 2011

Podemos imaginarlo todo



Las posibilidades son infinitas. Horas de lucidez en manos de locos. Claridad absoluta en mentes confusas.
Me puedo imaginar miles de situaciones, vidas diferentes, universos siniestros pero puede que reales. ¿Y si vivimos en una realidad que no es la nuestra? ¿Y si el mundo tal y como lo conocemos no es sino un mero producto de nuestra imaginación? O una interpretación personal de un mundo que nos venden desde que nacemos. La idea me aterra y me encanta en partes iguales. Porque digo yo, si puedo fantasear con ello, si puedo verlo en mi mente...¿será que quizás existe en un nivel de consciencia superior al nuestro? Piénsalo.
Podemos imaginarlo todo, absolutamente todo. Jugar con las ideas, con la gravedad y con las leyes científicas. Y puede, solo puede, que a alguien, en algún lugar, en algún momento, se le hayan ocurrido las mismas cosas, que haya fantaseado con lo mismo, haya llegado a la misma conclusión...¿casualidad? Puede que sí, es posible.
Sin embargo, tarde o temprano, acabamos volviendo al mismo punto de partida y lo único que nos queda es esto: pensar que el mundo en el que creemos vivir es el de verdad y que las posibilidades son sólo eso, lo que el propio nombre indica.
Tres años después llego a la misma conclusión: qué jodidamente pequeños somos. Pero esta vez caigo en que las personas pequeñas pueden hacer, y de hecho hacen, cosas muy grandes que sin duda transcienden de alguna manera las cuatro paredes de realidad objetiva en la que nos vemos obligados a vivir.



viernes, 7 de octubre de 2011

Sin caminante no hay camino.

Aristóteles decía que los límites de la responsabilidad humana se limitaban a las consecuencias de las propias acciones. Dicho de otro modo, ninguno de nosotros sería responsable de ningún acto llevado a cabo únicamente en la imaginación. Pensándolo así, tiene sentido. No podemos condenar a alguien por asesinato por haberlo planeado sólo en su mente durante unos breves instantes de rabia y odio contenido o juzgar severamente los pensamientos inmorales que a más de uno y más de dos se nos han pasado ocasionalmente por la cabeza. (Aunque en este caso el no poder es relativo... pero no nos desviemos del tema).


Sin embargo, se plantea aquí una nueva incógnita. ¿Realmente estamos exentos de tal responsabilidad? Llegados a este punto, me atrevo a decir que no, no lo estamos. No soy ni la primera ni la última, por supuesto, siglos de trabajo filosófico y religioso permiten que yo hoy sea partidaria de esta no tan nueva idea. La responsabilidad en ningún caso se limita únicamente a nuestras acciones. Al margen del dicho popular de "querer es poder", cabe mencionar que incluso el deseo de lograr cosas imposibles tiene un efecto más que considerable en nosotros y en nuestras vidas. Esos pensamientos son el motor de todo cambio. Cambios intangibles, invisibles, que, sin embargo, nos mueven por dentro y nos hacen plantearnos lo que podríamos llegar a ser. Sólo llego a una conclusión: nada es en vano, todo sirve de algo. Cada pequeño acto imaginativo, del que somos responsables en cierta medida, genera unas consecuencias de las cuales no tendremos consciencia absoluta hasta el final de nuestros días. Cuando nuestros caminos ya estén escritos.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Es cuando no te lo esperas que las cosas ocurren. Y digo cosas cuando en realidad estoy intentando decir momentos. Momentos, cosas, ocasiones, oportunidades, puertas que se abren y se cierran, personas, instantes, circustancias...que más da. La famosa (¿o debo decir dichosa?) Ley de Murphy actúa cuando menos te lo esperas.
Me escondo en el otro lado, en el fondo del cajón. Y además he echado la llave. Dos vueltas, por si con una no bastara. Por lo pronto, ya he sacado mi cabeza del cascarón, que no es poco. Y, por supuesto, quedan un montón de cosas por tachar de mi lista. Que no cunda el pánico. Las ganas aprietan, pero no tengo prisa. Como siempre, el tiempo dirá, aunque no sé si esta vez el tiempo recolocará a cada cual en su lugar.



Quiero aprender a nadar. Pese a que nadie me sujete en los primeros intentos ni me ayude a mover los brazos.
3, 2, 1...
Comenzamos.

viernes, 9 de septiembre de 2011

The what-ifs and might-have-beens


22:32. Me pregunto donde está. Otros días a esta hora ya lleva varios minutos sentada en la mesa junto a la ventana. Siento la ansiedad y el nerviosismo crecer en mi interior.

22:41. Tic-tac. Tic-tac. Quizás se haya ido. Quizás se haya marchado para siempre. Recuerdo la primera vez que la vi hace ya dieciseis noches. Desde entonces ha venido a diario excepto hoy. Recuerdo el suave taconeo que hizo que levantara mis ojos y los dirigiera hacia la entrada. Ahí estaba ella. Maravillosa. Un sencillo vestido negro por encima de las rodillas, un colgante escueto con una piedra turquesa reposando sobre sus hermosos pechos. El pelo, castaño claro, aclarado por los rallos del sol seguramente, suelto, cayendo sereno sobre sus hombros bronceados. En los brazos sólo un reloj plateado contrastando con el bello color de su tersa piel y la sobriedad de unas manos de largos y finos dedos carentes de cualquier adorno a excepción de la laca de uñas roja. Pero, sobretodo, y fue esto lo que nublo mi juicio y sentido común desde el principio, aquella sonrisa serena cuando se acerco a la barra mirándome directamente a los ojos. Ni demasiado grande, ni demasiado pequeña. Natural, real.
De este modo nos aventuramos (o más bien yo lo hize, pues ella en ningún momento se puso ni mínimamente tensa o nerviosa, tan segura de si misma y tan conocedora de ese encanto y esa belleza tan suya que paseaba sobre aquellas sandalias marrones de tacón alto y finas tiras rodeando sus empeines de ensueño) en la conversación fría y rutinaria que se repetiría durante las siguientes quince noches y que yo recordaría y reviviría una y otra vez hasta la noche siguiente mientras contaba cada minuto que me faltaba para volver a verla. "¿Qué desea tomar, señorita?"

22:55. La esperanza se desvanece poco a poco y el impulso automático y continuo que hace que mire la puerta cada tres segundos comienza a apagarse al mismo tiempo.

23:20. No va a venir. Es el fin.

02:00. Hora de cerrar. No ha aparecido. Es posible que ya nunca vuelva a verla. Es posible que se haya cansado de este estúpido juego. Me maldigo en silencio. Maldigo mi cobardía y la falta de valor. Comienzo a imaginar aquello que desearía que hubiera sido, pudo haber sido y no fue.


sábado, 20 de agosto de 2011

Bittersweet Memories

El grupo de esta noche hace su entrada en el bar cargado de humo, a la vieja usanza, entre tímidos aplausos procedentes de las primeras filas. Un local en primera línea de playa en un pueblo más de veraneo repleto de turistas ruidosos procedentes del norte de Europa.

Hace años que frecuentamos lugares como este en el mes de Agosto. Dos semanas de sol, mar y chiringuitos playeros. Lo de siempre. El plan de verano de miles de personas. Monótono, sí. Pero agradable también para dos personas a punto de jubilarse y que quieren desconectar del ruido, el humo y el tráfico de una gran ciudad que elegimos como residencia fija hace ya más de tres décadas. Aunque ruido y humo es precisamente lo que encontramos hoy en un local como este. (Es curioso, paradójico. Como acabamos pareciéndonos precisamente a quienes no queremos parecernos, como acabamos enganchadas a las personas que más nos sacan de quicio o como para huir de una rutina insípida nos adentramos en otra quizás peor.)
Al principio veníamos con los niños. No hay nada como el clima del mediterráneo para pasar las vacaciones. Pero con el tiempo se han hecho mayores…y qué podemos hacer dos viejos como nosotros si no es aceptar que tienen que volar en solitario, por su cuenta, y resignarnos.

El grupo lleva más de hora y media en escena. No son nada del otro mundo. Más bien mediocres de hecho, aunque he de reconocer que la cantante rubia del vestido ceñido y demasiado corto tiene una voz alucinante. Me pregunto cómo ha acabado en un lugar como este. Con esa voz. Tuvo que ser una joven espectacular.

Pedimos la segunda cerveza de la noche. El ambiente a nuestro alrededor se anima. Una pareja joven a nuestra izquierda es incapaz de dejar de acariciarse. Me recuerdan a Harold y a mi en nuestras primeras vacaciones. Dios mio, han pasado ya treinta y siete años desde entonces. Lloret de Mar, 1974. Qué jóvenes éramos. Una especie de nostalgia, una tristeza honda me invade de pronto.


Oigo resonar los primeros compases de la famosa canción de Dolly Parton. La rubia pechugona de la gran voz cierra los ojos y gesticula con fuerza al llegar al estribillo, lo cual me recuerda a cuando Lorelai le canta a Luke esta misma canción en un episodio de las chicas Gilmore. Es mi escena favorita. (I will always love you)


Y es entonces cuando me hago consciente por primera vez de mi misma, de Harold, aquí sentados entre humo, ruido y algunos desconocidos cada vez más borrachos a nuestro alrededor mientras la canción sigue su curso en la lejanía.
Siento su brazo rodeándome. Su fuerte brazo ahora casi cubierto de pelo blanco. Siento mi cabeza reposar en su hombro y, a pesar de todo el jaleo, también oigo su suave respiración y siento el cosquilleo que su aliento produce en mi nuca. Cierro los ojos y me dejo estar. Dejo mi cuerpo absorber su olor. Ese olor a hombre, un poco dulce, un poco salado, indescriptible, que me cautivó desde el primer momento.

Pensándolo bien, no tengo nada que envidiar, nada por lo que ponerme nostálgica al ver todos esos amores jóvenes y nuevos. La emoción inicial, el no poder estar separados, sentir el cuerpo flotar al rozar los labios del otro, vibrar al hacer el amor. Todo eso ya lo tuvimos una vez. Un largo camino recorrido para llegar precisamente a tener esto que tenemos ahora. Y ahora le tengo a él.
Después de las crisis. Después de las dudas ocasionales. Después de los niños y después de que estos se hagan mayores. Después de la resignación. Está esto. Y mientras todo esto pasa por mi cabeza que ya siento como casi anciana, noto que sus labios se acercan a mi y le oigo susurrar I will always love you. Un susurro a gritos. Un susurro dulce. Un susurro salado. Indescriptible.

Y de entre todas las voces de este local, elijo la suya. De entre todos los hombres, le elijo a él. Y de entre todas las vidas posibles, los universos paralelos, las vacaciones de verano pasadas…me quedo con estas.
Es aquí, y no en ningún otro lugar donde quiero estar.

martes, 16 de agosto de 2011

Ura behar dugu nabigatzeko


Puede que haya quien lo niege, quien se resista a pensar que está condicionado, quien se considere libre, pero no por ello es menos vulnerable. Necesitamos creer. Bien sea en un Dios omnipresente, en nuestros propios ideales o en la confianza ciega que depositamos en aquellos a quienes amamos...necesitamos creer. Y sin esa fe que nos ayuda a sobrellevar el día a día, a levantar la cabeza cuando estamos metidos en el fango hasta los hombros, estamos pérdidos. Necesitamos saber, y recordar que sabemos, que pase lo que pase no estamos solos.


miércoles, 3 de agosto de 2011

More than words

Existe, realmente existe, es posible.
Impresionante, excitante.
Es extraordinario.
El poder abrumador para captar en toda su esencia la complejidad del ser humano, elevarla a su máxima potencia y expresarla con majestuosidad. Y tengo que descansar un rato, cerrar esas páginas y pensar, extasiarme de palabras.
¡Me encanta, me encanta! Cuando tengo que parar y cerrar los ojos y decirme a mi misma, que sí! que lo entiendo todo. Lo comprendo. No juzgo. Es el ser humano, sólo eso. Con toda su estupidez y su ignorancia, los momentos difíciles, la arrogancia, la impaciencia, las decisiones totalmente erróneas, los silencios largos, el orgullo innecesario, las cartas de despedida carentes de sentido, las explicaciones demasiado largas y complejas y las no-explicaciones.



Y en esos momentos una se hermana con su ser. Gracias Paul Auster.

lunes, 1 de agosto de 2011


Azkenaldian inoiz baino argitasun handiagoz ikusten ari naiz bizitzan ezinbestekoa dela arriskatzea. Eguneroko plazer txikiek zein gure bizitzetako esperientziarik onenek arrisku portzentai bat dakarte barne. Salto egin beharra dugu nahiz eta ez dakigun aldez aurretik ura izango dugun azpian kolpea leuntzeko. Guzti hau nahiko erraza suertatuko litzateke oreka non dagoen jakingo bagenu. Gure burua zein puntutararte hipotekatu behar dugu nahi ditugunak lortzeko?

lunes, 18 de julio de 2011

Konstante Bitalak

Secretos del corazón.


El árbol tiene la corteza más gruesa que hace un tiempo.
Es el temporal les oigo comentar a lo lejos.

viernes, 24 de junio de 2011

La peau vivante


Bihotzari proba zatarrak jartzea komenigarria izaten da batzuetan. Harekin jolastea: busti, zikindu, aldatu, moztu, josi...probatu azken finean. Gogorragoa egin dadin. Noraino hel daitekeen frogatzeko. Hasteko. Aldatzeko.

Aurretik dugun bide berriari eta batek daki zeinek jarriko dizkigun oztopo deserosoei gogoz ekiteko beldur barik, gauza guztiak bere lekuan, lasai, daudelarik. Geldi. Garbi. Argi. Gezur barik oraingoan. Garenarekin mundua jateko prest, txikitasun sentimenduak alde batera utziz, indarrak lortuz, batuz, bilduz.

Eskerrak batzuetan argia egiten zaigun barrenean eta espero ez genituenak aurkitzen ditugula bertan, gu itxaroten, irribarre batek edertasun betierekoa marrazten duelarik haien aurpegietan. Konturatzeko askotan pare-parean ditugula gurekin behar ditugunak, gure gainetik, gure eskuetatik at, gelditzen den energia izugarri batek osatuta dagoen maitasunezko dimentsio batean murgilduta bezala. Konturatzeko, nahiz eta alde egin eta munduko beste puntara joan nahi dugunaren bila, bihotzak, denborarekin gurekin jolasten ikasi izan balu bezala auskalo zein paradoxa kuriosoren eraginez, hementxe bertan gordetzen dizkigula opari eta esperientziarik ederrenak. Guretzako. Zuentzako.

Bat, bi, hiru...lau agian. Ezin dut gogoratu zelakoa izan zen lehenengo aldia. Urrun sentitzen dut. Galduta bezala. Txiki. Ez dut nire burua ezagutzen izan nintzen hartan. Eta pozten naizela ere esan dezaket gaurko honetan. Bost minutuz iraungo duen ziurtasun batek hitzegiten duen arren.

sábado, 4 de junio de 2011

I can see the pines are dancing

Todas las búsquedas.
Maktub.
Todo cuanto deseamos en la más profunda soledad de las noches de tormenta y las películas acompañadas de una manta y de una taza de café enorme.
Todo.
Maktub.
Para darme cuenta de que quien no sueña, vive dormido. Para darme cuenta de que es posible tener los ojos abiertos tras los párpados cerrados, tranquilos, descansando sobre mis pupilas. Y que el negro no es sólo negro y que hay muchos matices diferentes entre unos y otros. Y que todos ellos son dignos de admiración.
Maktub.
Y sentir el latido de mi corazón, a través de la banda sonora de mi vida. Sentir mi cuerpo flotar, ir de arriba abajo, a un ritmo acompasado y percibir el recorrido que el aire hace a través de mi cuerpo.
Así es y así es como se siente también. La respiración. La vida. Yo.
Maktub.
Y entre tanta ensoñación una única idea se erige verdadera entre los senderos que muchas veces no acompañan a la razón. Son muy pocas las cosas que contribuyen a la felicidad. Me basta.

jueves, 26 de mayo de 2011

Sustraietatik ihesi, itsatsita, pozik, ikaratuta, urduri.

Esaten dute badela hortik zehar paradisu bat. Irla txikiz beteriko lurralde bat.
Aukerak baino ez dira, momentu labur batzuetan gure begibistan agertzen direnak segundu gutxitan berriz ere desagertzeko.
Belar artean sorturikoak bailiran.
Izan zen aspaldi garai bat non trenetik jeisteko irrikitan nengoen, nekatuta, arinegi zihoalakoan.


Gaur ez.

sábado, 14 de mayo de 2011

Ezkutaketetan jolasten ginela akordatzen naiz. Bat, bi, hiru, lau... Orduan ez genekien gero bizitza osoa horrexetan, ezkutatzen, eman beharko genuela.


Benetan ari naiz esaten dizudanean gorri hura maite dudala. Ez nabil gezurretan esaten dizudanean gorri haren bila ibili naizela azken urteetan. Badakit ez dela ezarra ulertzeko, baina niri buruz ari garenean, onartu beharra dut, inoiz ez da hala izaten.
Beranduarte ibili naiz jende artean bila. Asko daukat galtzeko eta nekez minutu batzuk opari irabazi ezkero. Azken tabernetan, kalean, kotxe artean. Harri pisutsuen azpian, ate atzean. Eraikin altueneetako ganbara izkutuetan eta liburu luze hontako orrialdeen atzeko aldean. Baina behin ikusitako, behin usaindu, dastatu eta sentitutako gorri hura inondik ere ez.
Zaila da onartzea eta egiaren aurrean nire gorputz biluztua erakustea. Nire begiek hitz egin ahal izan ezkero, nire belarriek ikusi ahal izango balute...mutu, itsu geratuko liratekeelako. Gure txikitasun honek ezin baitio aurre egin eguneroko ero honi; gorri disdiratsu, perfektu, zoragarri horri. Zaila da onartzea, nire barnean, bihotzeko azken zirrikituetan ezkutatutako eta giltzapean babestutako kajoietan, nik badakidala badagoela sentimendu bat besteengandik banandua mantentzen saiatu bai, baina hala mantentzea lortu ez dudana: gero eta handiagoa den ikara sakon bat.

jueves, 5 de mayo de 2011

Pequeña y breve reflexión caopolar.

Lo cierto es que no estoy exhausta antes de empezar. Si no me conociera tanto diría que no me reconozco. Pero aún así están esos días rojos. Y es entonces precisamente cuando pienso y rebusco y acabo encontrando la famosa teoría, las palabras idóneas que me hacen volver a ese dichoso equilibrio, me vuelvo homeostática y siento paz y calma en cada poro de mi ser. Y recuerdo que no tiene porqué ser de equis manera, que las expectativas también están para no cumplirlas, que no pasa nada, que todo el mundo lo hace. Y casi-casi hasta me lo creo a veces, pero luego retrocedo al punto de partida y vuelvo a empezar el curioso proceso de nuevo. ¡Qué maravilloso!



PD: No, el término caopolar no existe, pero en estos días el diccionario se me queda pequeño y me faltan las palabras.

domingo, 3 de abril de 2011

Lights will guide you home

Nunca me ha gustado el término "normalidad". La normalidad, lejos de existir, es un concepto tremendamente simplista que nos limita increiblemente y al que, sin embargo, todos queremos acercarnos en cierta medida. Salirse de los parámetros políticamente correctos, alejarse de la media, diferir completamente en nuestras opiniones, costumbres y acciones da un miedo que te cagas. No obstante, tampoco nos gusta ser exactamente igual a los demás; es agradable ser diferente, pero normal. En pocas palabras, no tenemos ni puta idea de lo que queremos.



Tú por ejemplo. Ya puestos a limitar nuestro vocabulario a lo que es normal y lo que no y a pecar de reduccionismo dimensional y espiritual, me atrevo a decir, sin un ápice de duda, que tú, amiga mía, no eres normal. Deja de intentar serlo y lucha contra tu peor enemigo y las barreras y ataduras amargas que te está imponiendo. Tú sola, tú misma, estás poniéndote trabas en el camino, estás envenenando tu propia comida. Espero que para cuando te des cuenta no sea demasiado tarde.

lunes, 28 de marzo de 2011

Pozoina esne botiletan edaten da

Eskuak. Nireak. Nire eskuak zure gorputz gogorra inguratzen, laztantzen.
Ezpainak. Zureak. Zure ezpainak nire aho biguna musukatzen.
Gaueko ordu bi terdiak dira eta euria ari du kalean. Aspaldi konturatu nintzen zure presentziak egiten didan kalteaz...kalte beroa, kalte gozoa.
Droga isila izan zara nire bizitzan, ia konturatu barik pentsamendu guztiak lapurtu dizkidana zure zapore, zure usain, ez hain erakargarri horrek liluratuta.
Zure zirrikitu galdu guztiak maite ditut. Edo hobeto esanda horietan nire mingain bustia sartzea. Gora eta behera. Zure esentzia mingotsa barruraino sartzen zaidan arte. Erraietan jolasean sentitzen dudan arte, nire munduari aldaketa zoragarria eraginez.
Gorputzak. Gureak. Debekatuta egon beharko lukeen sinapsi perfektua.


Zoritxarrez, sobredosi batek jota hiltzeko zorian egotea beharrezkoa izan da egi guztia zuri aitortzen ausartzeko. Nire buruari aitortzeko.

-Kaixo, Escarlata dut izena, hamabost urte ditut eta alkoholarekin arazo bat dudala uste dut.
-Ongietorri Escarlata- esan zuten aho batez gela ilunean zeuden guztiek.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Esa amante inoportuna


Años. Se dicen pronto.
Los recuerdos acumulados tampoco dan mucho más de sí. Toda una vida resumida en unas pocas fotografías y en los recuerdos que se pueden almacenar en un espacio mínimo de nuestras frágiles y selectivas memorias.
El tiempo parece no haber pasado para esa moqueta que descansa, rancia, incolora, como siempre, en sintonía con los muebles pasados de moda, cubiertos ahora por una ligera capa de polvo. El periódico de aquél fatídico abríl de hace casi una década, un 22 grís, triste, nuevo comienzo, final de era, sombrío, aterrador. Unas galletas María empezadas donde tú las dejaste cuando saliste, sin quererlo ni saberlo, para no volver más. Caducaban en el año 2003. El mismo olor en los armarios cerrados a cal y canto. Una nota escrita a mano que nadie se ha atrevido a mover porque es lo último que dejaste: un número de teléfono escrito deprisa y corriendo en un trozo de papel de color rosa palo.
Siento que un escalofrío recorre todo mi cuerpo, me estremezco y lucho por no derramar ni una sola lágrima. Me pregunto, de pronto, qué es lo que ha estado haciendo allí todos estos años. Y me lo imagino simplemente estando allí, absorbiendo el dulce olor a hogar, a familia, a amor. Me lo imagino con miedo a limpiar, a tirar lo que ya nadie va a utilizar, por miedo a enfrentarse a la realidad: que ya no queda nadie allí. Me lo imagino aguantando la respiración, para no contaminar el aire puro y ausente de esa irrealidad. Pero sobretodo, me lo imagino llorando, aferrándose a esa memoria frágil y selectiva, impidiendo que se borren sus primeros años, los recuerdos más queridos, temiendo el día en el que será necesaria una fotografía para recordar como eran sus rostros delicados, ancianos, jóvenes.

lunes, 21 de febrero de 2011

Elige un sueño

La pregunta eterna, el bucle infinito. Qué va antes, la acción o el pensamiento; el pensamiento o la acción.

Quiero creer que no hay ideas sin conducta, y que es esta la madre de toda creencia, de toda filosofía y de todo modo de vida. Y poder así ser dueña de mi destino, de mi día a día.

jueves, 17 de febrero de 2011

Atea ireki eta iparraldeko negu hotza hezurretaraino sartu zitzaion. Entzunda zuen goiz hartako eguraldi iragarpenean: ipar-mendebaldeko haizeak gogor joko du hurrengo hiruzpalau egunetan.
"Beraz ez naiz ni bakarrik, mundua izoztu egingo da une batetik bestera." pentsatu zuen urteko lehen elur malutek bere gorputz mindua ukitu zutenean.
Tenperatura baxuekin zerikusirik ez zuen hotzikara batek gorputz osoa zeharkatu zion. Benetan altu zegoen, horixe baietz. Behetik ikusita, lurretik banantzen zuten hirurogeita hamabi metro haiek ez ziruditen hain luzeak izango zirenik.
Arnasa lasai, luze, gogoz, sakon hartu zuen.
Bere itzala lurrean atseden hartzen ari zen putzu ez oso sakon batean islaturik ikusi zuen. Berriro ere, aspaldiko partez, bere buruak goragalea eragin zion. Naska. Mesprexua.
"Adorea segundu gutxi batzuez. Hori da behar dudan bakarra. Salbatu ahal nauen bakarra."
Eta gehiago pentsatu gabe, atzera azken begirada bat bota gabe, pausu bat eman eta bere gorputz biguna, heriotzak eraman aurretik hila zegoen gorputz hutsa, erortzen utzi zuen, munduaren indarrak eta grabitateak berak haien lana egin zezaten utziz. Azken erabaki horren erantzunkizuna ezta ere ez zuen bere gain hartu nahi izan.
"Beraz horrelakoxea da. Banoa. Ez dago nire bizitza goibelaren pelikula nire begien aurrean proiektaturik. Banoa. Ez dago argi itsugarririk tunelaren amaieran, horizontean. Banoa. Ez ditut amama eta aitite niri deika ikusten hesi baten bestaldean. Eta horrela banoa, nire atzean ohar triste bat utzi barik. Inori azalpenik eman barik. Sentitzen dut jada nola oparitzen didan heriotzaren besarkadak iluntasun betierekoa. Banoa."

domingo, 30 de enero de 2011

You may say I am a dreamer.

Simplemente no puedo dejar de preguntarme porque algunas cosas pasan y otras, sencillamente, nunca ocurren. Porque la mala suerte se ceba siempre con los mismos, con los inocentes. Porque las fuerzas divinas deciden no intervenir cuando las necesitamos. Me tiembla el habla y mis latidos se hacen lentos, igual que a cada pequeño paso me voy haciendo más pesada... y más estúpida quizás también. Pero, como siempre, llega un momento en el que se hace la luz. Confías en mi otra vez, como lo hacías antes. Me enfado. Me perdonas. Me río muchísimo.Y me encuentro en un pequeño trance en el que las palabras me sobran, me parecen ridículas y decido no utilizarlas más de lo necesario...porque ya no me sirven para decir lo que quiero que sepas, lo que quiero que aprendas, lo que quiero oírme decir.
Tarde o temprano volverá la oscuridad, pero por esta vez me alegro de haber estado ahí. Y si lo pienso más despacio, se que no podré seguir mirando en silencio. En algún momento el sonido poco armonioso de mi voz deberá volver a llenar de nuevo el espacio hueco, asonoro entre nuestros cuerpos inseguros. Sólo espero acertar con la combinación de movimientos de mi lengua, la clave perfecta, las palabras mágicas que hagan que me perdones por todo el daño, por la inseguridad, la vergüenza, el exceso de responsabilidad, el derroche de energía, los excesos, las mentiras piadosas y las que no lo son tanto.
Alguien dijo alguna vez que hasta que aprendemos a perdonar no somos completamente libres. Realmente no cuesta tanto. Espabila, no seas orgullosa, pisa el freno y ponte el cinturón. Pero sobretodo, arriésgate, quien no lo hace nunca gana.

lunes, 17 de enero de 2011


Pasa por ese mismo parque en el que hace diecisiete años se sacó aquella foto en la que la nieve le llegaba hasta las rodillas y en el que hace dieciséis aprendió a montar en bicicleta. Por el mismo lugar donde hace trece años envidió a otro niño por tener la mejor moto eléctrica que jamás había sido diseñada. Por exactamente la misma recta que hace ocho años recorrió deprisa intentando no llegar tarde a casa, pero sin conseguirlo. Las mismas baldosas al lado de esos mismos coches en los que hace cuatro años ella estaba para experimentar por primera vez algo que, ahora se da cuenta, de alguna manera se parecía bastante al amor. Las calles que la vieron crecer poco a poco a veces y muy rápido otras. Correr, reír, caer y volver a levantarse, aprender, llorar, enfurecer, pasear de la mano de alguien, cantar, sonreír, pensar. Y ahora nada. Nada. Desde hace mucho tiempo, nada de nada. Ya no se cae bien. Quiere volver a sentirse.

lunes, 10 de enero de 2011

Cosas que (¿no?) hacen que la vida valga la pena.

Esperar a alguien que nunca llega a tiempo; coincidir sí o sí con las barreras del tren y perder el tiempo en el atasco de todos los días; dormirme por las mañanas; la coca-cola sin gas; tener frío mientras duermo; los rumores; tener un pa'luego entre los dientes; las zapatillas de muelles; esperar mucho tiempo al ascensor; pisar kaka de perro; el pelo encrespado y el flequillo desigual; perder el autobús y tener que esperar media hora al siguiente; llegar tarde; tener el día tonto; la cerveza en vaso de plástico; las gafas cuando están sucias; la ruptura del silencio matutino con palabras innecesarias; que quien viaja a tu lado huela mal; los cobardes y los mentirosos, las cobardes y las mentirosas; el mal aliento; no saberme la respuesta correcta; tropezarme en las escaleras delante de un montón de gente; que las lentillas se sequen, piquen, molesten o se muevan; la bordería de un desconocido; hacer el ridículo padre; quemarme accidentalmente con las planchas; escupir al hablar; Danza Kuduro en la radio a las 6:30 de la mañana; tener que ducharme con agua fría; descubrir que ya no me quedan más Kleenex tras estornudar o mear en un bar de madrugada; que se me olviden las llaves de casa y quedarme esperando en el portal; que se me meta una mota de polvo en el ojo e ir por la calle guiñándoselo a todo cristo; desafinar cantando la mejor canción de la historia...