jueves, 16 de febrero de 2012

On the go


Le encantaba correr. Sentía que el aire helado le congelaba las ideas y podía así retener por más tiempo, semi-paralizados, sus pensamientos más sombríos. Le gustaba sentir el viento, como rozaba su fina tez color avellana
Siempre corría, en todo momento. No descansaba nunca, decía que el día que parara de correr empezaría a notar el cansancio y se negaba a parar en seco y jadear con la lengua fuera. Sobretodo no quería aceptar que llegaría el día en el que le faltara el aire. Hay incluso quien dice que cuando dormía siempre soñaba que seguía corriendo.