sábado, 11 de septiembre de 2010

Es agradable sentirse viva. Cuando metes tanto la pata, hasta el más hondo de los pozos llenos de fango, que te sientes fatal, idiota, ridícula, vocazas. Hablamos demasiado, sin pensar, y actuamos instintivamente, como animales en celo, descontrolados, locos, eufóricos, completamente despreocupados y ajenos a las posibles, probables, consecuencias de nuestros actos infantiles. Pero entre todo el barullo alguien te lanza una mirada complice, o te observa en silencio, te abraza, comparte confidencias, o incluso cuando menos te lo esperas, te obsequia con un beso, así, sin más y porque sí. Y te perdona las infidelidades mentales, los descuidos del alma, los juicios precipitados, las opiniones débiles que sin soporte alguno acaban cayendo por su propio peso en un gran vacio, en el cajón del olvido. Te regala una sonrisa llenísima de dientes, enorme, de una belleza colosal. Me siento a salvo, protegida. Y yo, precipitada, perfeccionista, obsesa del orden, puedo perder el control, relajarme, disfrutar sin límite y hasta el final. Es agradable estar en casa.

jueves, 9 de septiembre de 2010

Bright

Últimamente tengo una fantasía recurrente. Supón que por un golpe de suerte, por motivos desconocidos, tienes la oportunidad de pedir tres deseos a una lamparita mágica, un genio todopoderoso, o lo que sea vaya. Piénsalo bien. Sólo tres deseos.


 Yo ya tengo los míos. No los diré no vaya a ser que no se cumplan. Cruzo los dedos, toco madera. Tampoco me conviene ser demasiado ambiciosa, egoísta. No quiero que el karma me los arrebate, me da miedo pedir demasiado.

jueves, 2 de septiembre de 2010

Behind enemy lines.


Es demasié. Lo mire por donde lo mire lo es y no puedo creerlo aún. Mi cabeza da vueltas, me duele, esta saturada, caótica, un poco perdida y sola.Y mis ojos más húmedos que nunca. Muy mucho más. No quieren ver, estan cansados, pero sin dejar de estar agradecidos. Yo lo estoy. Y tú también deberías estarlo. Tú en la penumbra. Tú escondida. Tú en silencio. Tú expectante. Tú tan tuya. Dime algo.
Me gustaría tantísimo tenerte, teneros, aquí conmigo y enseñarte, enseñaros, mi mundo. Y te prestaría mis ojos y mis manos y mi boca, para saborearlo todo mejor, para mirarlo y llegar mucho más lejos. Al otro lado de los muros infranqueables, de las corazas impuestas, de los prejuicios ridículos, de las cadenas perpetuas, de las palizas y los golpes. De tus palizas y tus golpes. Estoy demasiado lejos amor, aislada, esperando, impotente, pequeñita. Así es todo más sencillo. Puede que sea una hipócrita.