lunes, 17 de enero de 2011


Pasa por ese mismo parque en el que hace diecisiete años se sacó aquella foto en la que la nieve le llegaba hasta las rodillas y en el que hace dieciséis aprendió a montar en bicicleta. Por el mismo lugar donde hace trece años envidió a otro niño por tener la mejor moto eléctrica que jamás había sido diseñada. Por exactamente la misma recta que hace ocho años recorrió deprisa intentando no llegar tarde a casa, pero sin conseguirlo. Las mismas baldosas al lado de esos mismos coches en los que hace cuatro años ella estaba para experimentar por primera vez algo que, ahora se da cuenta, de alguna manera se parecía bastante al amor. Las calles que la vieron crecer poco a poco a veces y muy rápido otras. Correr, reír, caer y volver a levantarse, aprender, llorar, enfurecer, pasear de la mano de alguien, cantar, sonreír, pensar. Y ahora nada. Nada. Desde hace mucho tiempo, nada de nada. Ya no se cae bien. Quiere volver a sentirse.

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