domingo, 30 de enero de 2011

You may say I am a dreamer.

Simplemente no puedo dejar de preguntarme porque algunas cosas pasan y otras, sencillamente, nunca ocurren. Porque la mala suerte se ceba siempre con los mismos, con los inocentes. Porque las fuerzas divinas deciden no intervenir cuando las necesitamos. Me tiembla el habla y mis latidos se hacen lentos, igual que a cada pequeño paso me voy haciendo más pesada... y más estúpida quizás también. Pero, como siempre, llega un momento en el que se hace la luz. Confías en mi otra vez, como lo hacías antes. Me enfado. Me perdonas. Me río muchísimo.Y me encuentro en un pequeño trance en el que las palabras me sobran, me parecen ridículas y decido no utilizarlas más de lo necesario...porque ya no me sirven para decir lo que quiero que sepas, lo que quiero que aprendas, lo que quiero oírme decir.
Tarde o temprano volverá la oscuridad, pero por esta vez me alegro de haber estado ahí. Y si lo pienso más despacio, se que no podré seguir mirando en silencio. En algún momento el sonido poco armonioso de mi voz deberá volver a llenar de nuevo el espacio hueco, asonoro entre nuestros cuerpos inseguros. Sólo espero acertar con la combinación de movimientos de mi lengua, la clave perfecta, las palabras mágicas que hagan que me perdones por todo el daño, por la inseguridad, la vergüenza, el exceso de responsabilidad, el derroche de energía, los excesos, las mentiras piadosas y las que no lo son tanto.
Alguien dijo alguna vez que hasta que aprendemos a perdonar no somos completamente libres. Realmente no cuesta tanto. Espabila, no seas orgullosa, pisa el freno y ponte el cinturón. Pero sobretodo, arriésgate, quien no lo hace nunca gana.

lunes, 17 de enero de 2011


Pasa por ese mismo parque en el que hace diecisiete años se sacó aquella foto en la que la nieve le llegaba hasta las rodillas y en el que hace dieciséis aprendió a montar en bicicleta. Por el mismo lugar donde hace trece años envidió a otro niño por tener la mejor moto eléctrica que jamás había sido diseñada. Por exactamente la misma recta que hace ocho años recorrió deprisa intentando no llegar tarde a casa, pero sin conseguirlo. Las mismas baldosas al lado de esos mismos coches en los que hace cuatro años ella estaba para experimentar por primera vez algo que, ahora se da cuenta, de alguna manera se parecía bastante al amor. Las calles que la vieron crecer poco a poco a veces y muy rápido otras. Correr, reír, caer y volver a levantarse, aprender, llorar, enfurecer, pasear de la mano de alguien, cantar, sonreír, pensar. Y ahora nada. Nada. Desde hace mucho tiempo, nada de nada. Ya no se cae bien. Quiere volver a sentirse.

lunes, 10 de enero de 2011

Cosas que (¿no?) hacen que la vida valga la pena.

Esperar a alguien que nunca llega a tiempo; coincidir sí o sí con las barreras del tren y perder el tiempo en el atasco de todos los días; dormirme por las mañanas; la coca-cola sin gas; tener frío mientras duermo; los rumores; tener un pa'luego entre los dientes; las zapatillas de muelles; esperar mucho tiempo al ascensor; pisar kaka de perro; el pelo encrespado y el flequillo desigual; perder el autobús y tener que esperar media hora al siguiente; llegar tarde; tener el día tonto; la cerveza en vaso de plástico; las gafas cuando están sucias; la ruptura del silencio matutino con palabras innecesarias; que quien viaja a tu lado huela mal; los cobardes y los mentirosos, las cobardes y las mentirosas; el mal aliento; no saberme la respuesta correcta; tropezarme en las escaleras delante de un montón de gente; que las lentillas se sequen, piquen, molesten o se muevan; la bordería de un desconocido; hacer el ridículo padre; quemarme accidentalmente con las planchas; escupir al hablar; Danza Kuduro en la radio a las 6:30 de la mañana; tener que ducharme con agua fría; descubrir que ya no me quedan más Kleenex tras estornudar o mear en un bar de madrugada; que se me olviden las llaves de casa y quedarme esperando en el portal; que se me meta una mota de polvo en el ojo e ir por la calle guiñándoselo a todo cristo; desafinar cantando la mejor canción de la historia...