sábado, 14 de marzo de 2009

¿Té o café?


7:00. El despertador suena como a diario en la habitación oscura. De muy mala gana abre los ojos y pulsa todos los botones del maldito aparato que está a su lado para conseguir acallar el ruido punzante del alarm clock. No le queda otra, tendrá que abrir las persianas y hacerle frente a un buen día en potencia, a otras 16 horas banales o al peor de los peores días de cuantos haya imaginado...nunca se sabe.
Espera 5 minutos antes de salir de la cama, haciendo esfuerzos para no volver a dormirse, mientras repasa mentalmente las cosas que tiene que hacer hoy. Bien, está preparada, cree que será capaz de sacar sus pies desnudos de entre las sabanas y tienta a la suerte y se rie de las supersticiones apoyando primero, con clase y elegancia, su pie izquierdo de uñas nacaradas sobre el frío suelo de madera. Ha! Si tiene que tener un mal día, al menos que lo haya provocado ella, jamás volverá a estar en las manos ciegas del destino.
Se mete en la ducha y mete la cabeza bajo el chorro de agua caliente(casi hirviendo, como a ella le gusta) y piensa en la ropa que se pondrá. Mira por donde, le apetece ponerse el viejo jersei de lana pasado de moda hace unas veinte temporadas. Y es más, no piensa ponerse pantalones, simplemente unas medias de color verde fosforito. ¿Por qué? Porque le da la santa gana.
Está en la cocina y piensa para sí qué desayunará hoy mientras suena en la radio una de esas canciones que aborrece, pero de las que se sabe la letra de pe a pa. ¿Tea or coffee? Al carajo, hoy se tomará un buen vaso de cola-cao...y que coño, porque no, también unas cuantas madalenas...de las que engordan por favor.

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