jueves, 28 de enero de 2010

This losing


Y hasta aquí hemos llegado. Un viaje que comenzó miles de kilometros atrás y con una mochila cargada de esperanzas, expectativas, ilusiones y sueños. Le tomé la palabra a quien me prometió la perfección y el bienestar. Me tomaron la palabrara quienes creyeron en mi sueño. Y lo peor de este final es esa promesa que no cumpliré, la imposibilidad de su salvación, el hecho de que crean que les abandoné.
Mi nombre es Emmanuel Osagie y hoy hace exactamente 438 días que dejé atrás mi Nigeria natal para alcanzar el sueño europeo, donde según dicen el dinero crece en los árboles y la pobreza es algo casi inexistente. Dejé atrás a la mujer más bella, leal y buena que he conocido jamás y a las dos hijas maravillosas que ella me ha dado, cuya foto, que siempre llevo conmigo, y la fuerza que me ha dado su recuerdo para seguir adelante, ha sido la única razón por la que he sobrevivido durante tanto tiempo.
Conseguí burlar la guardia de los militares argelinos que violaron tanto a hombres como mujeres; sufrí el violento calor del sol del desierto abrasándome las entrañas; fui engañado, humillado y maltratado una y otra vez por quienes tenían mi pasaporte hacia la libertad; e incluso logré cruzar el estrecho en un viaje en patera que se me antojó la sucursal del infierno en la tierra.
Aquí estoy, en la tierra prometida. Con la victoria escurridiza que se me escapa de las manos. Nado con toda la fuerza que mi alma me otorga, apretando los dientes y pensando en ellas, y la corriente me guía hasta la orilla. Me pongo en pie porque veo de lejos a los hombres de verde, que van armados y vienen a por mi, pero mis piernas no responden y tras unos breves pasos, mis rodillas ceden y yo caigo, junto con mi orgullo, la esperanza y mi propia vida. En estos, mis últimos suspiros, busco desesperado la mirada de mis hijas y la de la mujer que me lo ha dado todo, que son la razón por la que estoy aquí, pero la foto ya no está, no la encuentro por ningún lado y mis últimos pensamientos se los dedicó a ellas, que espero que algún día sepan perdonarme.
Y así dejo el mundo de los vivos, el mundo de quienes se pasan la vida buscando prosperar, el mundo de quienes envenenan su alma engañando y matando, el mundo de quienes conocen el significado de la palabra felicidad, el mundo de quienes no quieren vivir, el mundo de los vivos. Y lo hago de la peor de las maneras: lejos de todo lo que quiero y sin una oración ni una mano que acaricie la mia acompañándome en mi último aliento.

2 comentarios:

  1. El mundo de los vivos.
    A veces no se si de verdad estamos vivos o simplemente somos un mal sueño.
    Morir lejos de todo es mejor que vivir sin nadie.
    Excelente tu texto. Impresionante.
    Venga un enhorabuena!!!!!
    Un saludo desde el camino!!

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  2. Buen texto Mademoiselle,si es tuyo mi más cordial felicitación.
    Por unos momentos me he sentido como una de estas personas que se juegan la vida en busca de un futuro mejor.
    Saludos!

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