domingo, 8 de febrero de 2009

Efímero.


Casi consigo que los rayos de sol quemen mis labios que amanecen sabiendo a vacio. El vacio que se llena sólo de mirarlo y que es tan, tan débil que temo mirarle de frente por miedo a hacerle daño y cambiar el orden, modificar esas reglas no escritas, de este juego que empezamos a jugar hace ya mucho tiempo. El infinito está introduciendose en mi vida y no se que hacer para echarlo...que se vaya, porque esta sensación de deberle algo a alguien empieza a hartarme. Y aunque me pese, siento en mi interior que esto se acaba, poco a poco, pero ya noto que va muriendo. El tiempo es efímero y para cuando quiera darme cuenta estaré de nuevo a solas conmigo misma, con la fragilidad y la rutina del día a día. Lo malo es que cuando menos me lo espero me sorprendo a mi misma sonriendole al pasado y otra vez quiero tenderte la mano y con mi mirada sólo quiero decir una única cosa que, al no pronunciar en voz alta, se que nunca comprenderás.

Me acompañas?

No hay comentarios:

Publicar un comentario