domingo, 12 de abril de 2009


El humo que se respira por todo el bar entra y sale de tus pulmones. Notas como la cabeza te da vueltas y, si cierras los ojos, la sensación de estar en una montaña rusa parece casi real. Te estás mareando, la gente no para de moverse a tu alrededor...empiezas a darte cuenta de que vomitar va a ser casi inevitable.
Y aún así, cualquier canción que suene en el stereo, cualquier letra cutre y romántica que se oiga entre el barullo te seguirá recordando a él. Y te seguirás sintiendo imbécil. Sólo queda pensar una vez más que c'est la vie.

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