lunes, 14 de septiembre de 2009

Anónimos


19:52 de un lunes cualquiera por la tarde. Begoña y Ana se dirigen a casa tras un día de trabajo agotador con las bolsas de la compra recién hecha en el Eroski más cercano. En ese mismo momento, un hombre que goza de la jubilación anticipada disfruta de los últimos minutos del sol otoñal mientras recuerda nostálgico como en otros días más felices se hayaba sentado en aquel mismo banco junto a una bella mujer. Justo en ese instante la primera gota de sudor baja por la frente de Fernando que acaba de empezar a correr con su silla de ruedas en la pista paralímpica de las afueras. Es entonces cuando Javi rodea con su brazo el cuerpo desnudo de María en el asiento trasero de un Ford fiesta. Mientras tanto Lorena se pregunta cuantos minutos de anuncios quedan para que empiece el resumen de la vigésimo novena edición de Gran Hermano. Y en ese preciso minuto, las miradas de dos completos desconocidos se cruzan por primera vez en la estación de metro mas concurrida de la ciudad y por un sólo segundo el tiempo se para para que ellos mueran de placer perdiendose en la inmensidad de un pequeño detalle que es capaz de hacer que el mundo deje de girar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario