domingo, 27 de septiembre de 2009

Luck!


Recuerdo cómo nos poníamos las botas comiendo algodón de azucar después de habernos gastado la paga en los autos de choce intentado ligar con uno de nuestros amores platónicos infantiles. También que jugabamos al trivial junior y que yo me picaba porque no me sabía las respuestas de las preguntas sobre Disney, que le iba a hacer si no las había visto! Siempre fuí más de jugar con camiones y tirarme de los pelos con mi hermana que de esas que juegan con muñecas y les encanta la sirenita. Por eso me sentía rara cuando tú me enseñabas tu enorme colección de barbies, que por cierto, estaban prácticamente todas descuartizadas. Y sí, te envidiaba! Pero luego jugabamos al escondite en la oscuridad y desordenabamos todo y me iba a casa con una sonrisa de oreja a oreja. Jugabamos al "pilla-pilla" dando vueltas a una portería, y aunque el juego podía terminar en el segundo dos, nos gustaba correr y fingir que las reglas eran otras y que había determinadas cosas que no se podían hacer porque así el juego duraba más. Qué felices eramos inventándonos el mundo e imaginándonos la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario