viernes, 16 de abril de 2010

La degradación de los ríos, la educación y las palomas

En esta variante indeseable de un supuesto progreso. Donde antes los niños contaban peces y veían el agua correr veloz para desaparecer más allá de los edificios de hormigón, hoy encuentran ríos secos con decenas de envoltorios, bolsas y demás plásticos. Donde tantas veces jugué a dar comida a los patos, sólo quedan rincones sucios, llenos de inscripciones emborronadas que juran amor eterno o se cagan en esta puta sociedad. Ese lugar donde ahora los niños ya no pueden ir, ese mismo lugar idóneo para fumar unos porros o follar de madrugada.
En esta variante indeseable de un supuesto progreso. Donde con diez años saben desmontar un ordenador y volver a montarlo y se conocen al dedillo todos y cada uno de los secretos del ultimo videojuego de la PlayStation noventaynueve, pero no entienden conceptos como respeto. Donde en las escuelas se aprenden lenguas ajenas y se olvida la necesidad de amar y cuidar la propia.
En esta variante indeseable de un supuesto progreso. Donde las palomas empiezan a darme miedo por volar cada vez más bajo y reaccionar cada vez más lento. Donde pronto encontraremos pececillos de tres ojos, y gatos callejeros de cinco patas y dos colas.
Si esto significa progreso, por favor, que alguien invente una máquina para retroceder en el tiempo.

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